sábado, 28 de junio de 2008

De México a Hong Kong¡

¿A quién se le ocurre ir a cenar a un mexicano a menos de diez horas de coger un avión a Hong Kong? A mi, que soy una burra. Ays... Como estoy nerviosa, y la mitad de la gente de la cena tardaba en llegar... pues no he tenido mucha medida que digamos con las quesadillas y con unas flautas con sabor a pollo. Si es que... Pero bueno, la ocasión lo requería, se casa una compañera del curro y ahi que he dejado a toda la sección celebrándolo en Chueca.
En cuatro horas hay que estar en pie. A Álvaro y a mi nos espera un vuelo a Helsinki con vodka finlandés y azafatas (os) guapos. O eso es lo que dice Álvaro, que es muy optimista. De ahi otro vuelo a China con solo una hora en medio para cambiar de avión; je je, ¿y si no llegamos a tiempo y nuestras maletas siguen rumbo hacia no sé sabe?
En estos momentos previos, he hecho la tontería de fijarme en todos los chinos que vendían esta noche bocatas en la Gran Vía y en pensar: "pues si que son diferentes, sí...". Y, una vez más, otro compañero del curro me ha dicho: "Que sepas que los chinos son muy feos"... Y dale.
Na, son los nervios. En unas horas volveré a ser normal. Una prueba de mi normalidad es que aún estamos dando vueltas a cómo leches vamos a ver la final del jurgol en Hong Kong (porque digo yo que los alemanes, ya no digo los españoles, tendran que buscar un sitio a las tres de la mañana donde echen el partido) y a que me voy a perder la final de OT¡ Aupa Virginia¡¡¡¡ Eso sí que me duele...